La vigilia se propuso como un espacio de oración interreligiosa y reflexión desde la fe, por la situación de las personas que sufren de tuberculosis en condiciones que vulneran sus derechos y su dignidad. Las vigilias son organizadas por la Pastoral de Salud y las promotoras de la CPROLIC TB y han participado diversas organizaciones de la sociedad civil.
La vigilia también constituye una llamada de atención a nuestras autoridades por las condiciones de marginación y postergación que sufren más de 30 mil personas afectadas cada año por tuberculosis en el Perú. Por está razón las vigilias se hacen en la vía pública y frente al local del Ministerio de Salud, en Lima.